La obesidad infantil es uno de los problemas más graves de salud pública en México; ocupando el primer lugar a nivel mundial en sobre peso y obesidad en menores de edad. El problema, a decir de los especialistas, es multifactorial: abandono de la lactancia materna, malos hábitos alimenticios, consumo de grandes cantidades de alimentos chatarra y ultra procesados, de azúcares y harinas, así como el sedentarismo o falta de actividad física.
Aunado a ello, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en México las dietas deficientes provocan malnutrición en la primera infancia, el 44% de los niños de 6 a 23 meses de edad no consume frutas ni verduras y el 59% no consume huevo, leche, pescado ni carne y únicamente 2 de cada 10 niños a nivel escolar (de 5 a 11 años) consume verduras y leguminosas.
Ante ese contexto, y los problemas de salud que conlleva la obesidad para los menores, organismos internacionales, institutos de salud y especialistas en obesidad coinciden en que este problema sólo se puede reducir considerablemente con tres cosas: Campañas constantes entre la población y en escuelas del nivel básico sobre hábitos saludables de alimentación; Incremento de las horas de actividad física o educación física en las escuelas; Programas de atención integral (psicológica y médica) para los menores que no pueden superar sus problemas de obesidad por su propio esfuerzo.
Por las razones expuestas, la diputada Edith Hernández realizó un exhorto a la dependencia federal para que en coordinación con las autoridades en el estado, implementen campañas de hábitos saludables en las escuelas y consideren incrementar en las horas de actividad física en estos planteles.